#eye #eye



En un estado cataléptico, seis intérpretes se besan consumiendo su energía para no desvanecerse, buscan volver a la vida para reavivar un presente cancelado del que ya no formamos parte, revisan el panorama humano actual, revelando las ilusiones bajo las cuales hemos vivido y cuestionando si nuestra existencia misma constituye una forma de muerte.

“Nos hemos detenido, desvinculado, silenciado. Hemos perdido la capacidad de asombrarnos y frente a ello, la obra actúa como una reflexión coreográfica que se confronta con la aparente parálisis actual".

Pepo Urrea Silva
In a cataleptic state, six performers kiss each other, consuming their energy to not fade, they seek to return to life to rekindle a canceled present of which we are no longer a part, they review the current human panorama, revealing the illusions under which we have lived and questioning whether our very existence constitutes a form of death.

“We have stopped, disengaged, silenced. We have lost the ability to be amazed and in light of this, the work acts as a choreographic reflection that confronts the apparent current paralysis."

Pepo Urrea Silva










En medio del torrente constante de estímulos, la capacidad de sorprendernos parece haberse desvanecido. ¿Nos hemos cubierto con una coraza de indiferencia? ¿En qué dirección dirigimos nuestros esfuerzos?

En un estado cataléptico, seis intérpretes se besan, consumiendo su energía para no desvanecerse, buscan volver a la vida para reavivar un presente cancelado del que ya no formamos parte, repasan el panorama humano actual, desvelando las ilusiones bajo las que hemos vivido y cuestionando si nuestra propia existencia constituye una forma de muerte.

En un mundo en el que el poder ha trascendido lo evidente y la seguridad se ha convertido en una crisis latente, no sólo hemos cerrado nuestras puertas, sino también nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras almas. El cierre inminente se convierte en bloqueo, y el bloqueo en una especie de muerte, una pérdida del presente.

«PUSH» se enfrenta a la desilusión, bajo el cuerpo de seis intérpretes, en aparente estado de catalepsia, buscan volver a la vida para reavivar un presente cancelado del que ya no formamos parte. Se besan, gastando su energía para no desvanecerse. Mientras buscan sus esencias perdidas, estos seres revisan el paisaje humano actual, revelando las ilusiones bajo las que hemos vivido y cuestionando si nuestra propia existencia constituye una forma de muerte.

La obra desentraña una profunda revisión social, sumergiéndose en el vasto océano de la incertidumbre. En un futuro que carece de presencia, «PUSH» se convierte en un espectáculo que refleja la obediencia, la fatiga y la disciplina excesiva. Examina la moralidad y la sumisión de unos cuerpos agotados y devastados por un sistema blindado, que a su vez se enfrenta a su propio e inevitable declive.

«Nos hemos detenido, nos hemos desentendido, nos hemos silenciado, hemos practicado la indiferencia, hemos perdido la capacidad de asombro, hemos apagado los motores». La obra, como reflexión coreográfica, se enfrenta a la aparente parálisis (aunque llena de movimiento) de nuestras acciones y a nuestra incapacidad para dejarnos sorprender por el mundo que nos rodea.


Amid the constant torrent of stimuli, the ability to surprise us seems to have faded. Have we covered ourselves with a shell of indifference? In what direction do we direct our efforts?

In a cataleptic state, six performers kiss, consuming their energy to not fade, they seek to return to life to rekindle a canceled present in which we are no longer a part, they review the current human panorama, revealing the illusions under which we have lived and questioning if our very existence constitutes a form of death.

In a world where power has transcended the obvious and security has become a latent crisis, we have not only closed our doors, but also our hearts, minds and souls. The imminent closure becomes a blockade, and the blockade becomes a kind of death, a loss of the present.

"PUSH" faces disillusionment, under the body of six performers, in an apparent state of catalepsy, they seek to return to life to rekindle a canceled present of which we are no longer a part. They kiss, using up their energy to keep from fading. As they search for their lost essences, these beings review the current human landscape, revealing the illusions under which we have lived and questioning whether our very existence constitutes a form of death.

The work unravels a profound social revision, diving into the vast ocean of uncertainty. In a future that lacks presence, "PUSH" becomes a show that reflects obedience, fatigue and excessive discipline. It examines the morality and submission of bodies that are exhausted and ravaged by an armored system, which in turn faces its own inevitable decline.


"We have stopped, we have disengaged, we have silenced ourselves, we have practiced indifference, we have lost the capacity to be amazed, we have turned off our engines. The work as a choreographic reflection is confronted with the apparent paralysis (although full of movement) of our actions and our inability to be surprised by the world around us.